Erasmus + del Clara: "El pan nuestro de cada día"

Durante el pasado mes de octubre, un grupo de alumnos y alumnas del Instituto Clara Campoamor de La Solana hemos participado en otro de los encuentros organizados por los cuatro países que forman parte del proyecto Erasmus +, "Our daily bread". Nuestros compañeros ya tuvieron la oportunidad de viajar a Alemania y esta vez nuestro encuentro se realizó en Rumanía, donde estuvimos desde el 16 de octubre hasta el 23 de ese mismo mes.

Una experiencia que sin duda alguna nos ha marcado a todos, donde el aprendizaje y contacto con otras culturas y procedencias ha sido lo más enriquecedor. Nos reunimos con estudiantes de otros países, como Rumanía (nuestro país anfitrión y en el cual nos sentimos como en casa), además de compañeros de Alemania e Italia. Todos hemos pasado una semana unidos, donde la lengua vehicular ha sido el inglés. Hemos realizado distintas actividades relacionadas con el pan (tema de este proyecto), además de visitas culturales donde pudimos tener un contacto con la tradición del país.

El día 16 de octubre llegamos a la capital, Bucarest, una ciudad en la que se puede encontrar una parte muy urbanita y cosmopolita en contraposición con otra parte mucho más antigua y tradicional. Durante nuestra estancia en la ciudad hicimos una pequeña visita cultural en la que recorrimos el casco antiguo  y pudimos ver distintas iglesias ortodoxas, muy diferentes a las que estamos acostumbrados a ver, como el Monasterio Stavropoleos.

Dejamos Bucarest el día 17 y cogimos el autobús camino a Barlad, donde se encontraban nuestros compañeros esperándonos. Antes de encontrarnos con ellos, los nervios se notaban en el ambiente con preguntas como ¿Dónde iremos? ¿Estaremos bien? ..., pero rápidamente se disiparon nuestras dudas ya que nos abrieron las puertas de su casa y nuestros compañeros se convirtieron en nuestros hermanos allí. Sin duda, una de las cosas más enriquecedoras del viaje fue poder convivir con ellos, nos trataron como uno más de la familia y lograron que nos sintiésemos como en casa. Aunque, algunos de nosotros tuvimos que afrontar el choque cultural, ya que en algunas de las casas donde nos alojábamos no había inodoro o ducha. Aunque allí nos pareció muy extraño, es sin duda, una anécdota más del viaje.

Nuestros anfitriones rumanos tenían preparadas unas actividades muy variopintas y divertidas para nuestra estancia. El primer día nos recibieron vestidos con los trajes típicos del país e hicimos una presentación de los distintos trabajos realizados por cada instituto.

En los días siguientes, realizamos varias actividades relacionadas con el pan (tema del proyecto) como su moldeado para crear los tipos de pan tradicionales del país. Otras actividades fueron la creación de pulseras y amuletos con cuerdas también tradicionales; divertidos juegos por el instituto, como una especie de gincana; construcciones con espaguetis, entre muchas otras.

Otro día lo pasamos en grande en el Instituto donde comimos todos juntos y disfrutamos de una divertida tarde de baile. Aunque nuestras actividades favoritas han sido las de índole cultural, en las que visitamos un planetario, un precioso monasterio entre las montañas y sin duda, la mejor de ellas, fue la estancia en el parque natural de Ancora, donde estuvimos una noche todos juntos y pudimos disfrutar de la naturaleza. Lo pasamos en grande cantando y bailando canciones de cada país y fuimos testigos de una gran fogata. Durante nuestro paso por Ancora participamos también en un concurso de fotografía en el que los españoles coronamos el pódium.

Pero al final, siempre llega el momento de decir adiós y el día 23, sobre las 8 de la mañana, nos tuvimos que despedir de nuestros compañeros en el mismo lugar en el que nos vimos por primera vez. Fue quizás el peor momento del viaje ya que habíamos congeniado con ellos y como he dicho anteriormente, eran nuestra familia allí. Pasamos unos 15 minutos entre besos, abrazos, llantos, donde no nos podíamos creer que nuestro viaje había llegado a su fin y teníamos que darnos un hasta siempre. Más tarde, ya en Bucarest, volvimos a vivir situaciones similares a la hora de separarnos de alemanes e italianos.

En definitiva,  la participación en  este proyecto ha superado con creces nuestras expectativas. Esta fue una de las mejores semanas de nuestras vidas, donde nos dimos cuenta de que teníamos más conocimientos de inglés del que pensábamos. Pudimos conocer otras lenguas, culturas, formas de pensar y de ver la vida, y no solo eso, sino que nos ayudó a conocernos más y estrechar lazos también entre los propios compañeros españoles, además de crear grandes amistades con alemanas, italianos y rumanos que esperamos continúen por muchos años más.

http://elerasmusplusdelclara.blogspot.com/

 

 

 

 

 

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