Trabajo en el IES Peñalba, en Chiloeches, un centro que atiende a alumnos y alumnas de la localidad en que se encuentra y de otras cercanas. Tenemos unos 500 alumnos y alumnas repartidos en los distintos cursos de la ESO y el Bachillerato. Los docentes que formamos el claustro sentimos la necesidad de transmitir a nuestro alumnado que el mundo debe cambiar, que ya no es posible mantener el paradigma de dominio-sumisión entre hombres y mujeres, en el que han crecido las generaciones que nos han precedido.
Para conseguir nuestro objetivo, durante el mes de febrero, estuvimos hablando con el alumnado en las horas de tutoría de las diferentes formas de discriminación que sufre la mujer, sólo por el hecho de ser mujer. Son situaciones injustas, con las que pueden encontrarse nuestras alumnas y alumnos, al ver vulnerados los derechos de sus madres, abuelas, hermanas, amigas, futuras novias…
Pedimos al alumnado que nos dijera, con sus palabras, a través de un tuit, aquello que quisieran expresar para dar voz a este cambio. Con todos esos tuits, construimos un muro.
Fundamentamos la actividad en dos objetivos básicos: el primero, facilitar al alumnado estrategias para identificar la violencia por razón de género; el segundo, abordar el análisis de mitos y estereotipos.
Completamos el cuerpo de la actividad con un conjunto de contenidos entre los que se encontraban la conceptualización de la violencia, la identificación de situaciones de discriminación por razón de género, la localización y reconocimiento de estereotipos que se perpetúan, la percepción de la figura de la mujer en el hogar y los espacios públicos, la reflexión de la autonomía económica como base para la independencia, el análisis de la participación de las mujeres y su poder de decisión, en el hogar, en la vida pública y la política, y la identificación de normas sociales que ponen en situación de diferencia a la mujer.
Tuvimos la oportunidad de apoyarnos en otros recursos adicionales, como los que nos proporcionó el Instituto de la mujer de Castilla la Mancha, organismo que facilita el contacto entre los centros educativos y distintas asociaciones que se desplazan a los propios centros para dar charlas de sensibilización con el alumnado. Nosotros hemos podido contar con la colaboración de dos de estas entidades: la Asociación Asexórate, que impartió una charla de dos horas, en días discontinuos con el alumnado de 2º ESO, que presentaron su guía “Quieremebien” que recoge aspectos positivos de la relación afectiva; la Asociación Ipso-Generis, que impartió charlas de prevención de violencia de género con el alumnado de 3º ESO, en horas consecutivas, donde presentaron distintos roles (un hombre y una mujer eran los responsables de transmitir este mensaje; lo hicieron estando una hora con cada grupo, intercalando los roles).
La colaboración con agentes externos siempre resulta un soplo de aire fresco, pero en esta ocasión, fueron un apoyo importante para transmitir estos contenidos con más fuerza.
La construcción del muro contra la discriminación por razón de género
Solicitamos al alumnado que trajera un tetrabrik o cualquier envase de cartón impermeabilizado, cerrado herméticamente, de forma rectangular, para utilizarlo a modo de ladrillo. Estos envases fueron lavados y cerrados, para evitar malos olores con el paso del tiempo a causa de los posibles restos del líquido que contuviera.
Los forraron con papel de colores y en un lateral escribieron el tuit que habían creado, con la frase de ánimo, o la solicitud de cambio que quisieran lanzar al mundo.
Con este trabajo previo, durante la mañana del jueves 8 de marzo, el alumnado acompañado por sus profesores y profesoras fueron bajando a construir entre todos, el muro contra la discriminación.
Confiábamos en el poder de los símbolos, puesto que, desde la Antigüedad se ha creído que los símbolos transforman a quien los mira. El muro es un símbolo, que visibiliza una idea, que no hay justicia si se ejerce un trato desigual entre hombres y mujeres. Su construcción precisa de la creación colectiva. Cada aportación individual, a modo de ladrillo, pone de manifiesto el compromiso personal, con la idea de igualdad de género y cobra fuerza la relación de interdependencia que mantiene toda la comunidad educativa, si queremos que nuestro centro sea un lugar seguro y justo para todos y todas.
Nuestro muro está ubicado en el centro escolar, a la vista de todos, recordando a quienes lo construyeron, su compromiso con la erradicación de prácticas desiguales ente hombres y mujeres. Pretende mostrar la fuerza y convicción de quienes lo han levantado, con la firmeza de dejar fuera comportamientos y actitudes machistas.
La construcción del muro fue un acto que recogió de un modo muy gráfico y visual todo el trabajo hecho con anterioridad al día 8 de marzo y a pesar de la convocatoria de huelga decimos hacerlo ya que consideramos que íbamos a tener un alto nivel de asistencia del alumnado, puesto que el trasporte escolar que trae a los alumnos y alumnas, mantenía las rutas y esto era una garantía de presencia del alumnado.
Se realizó un reportaje fotográfico del proceso de construcción, según iban colocando los ladrillos los grupos de alumnos y alumnas. La participación fue altísima, y los comentarios de los chicos y chicas, muy reconfortantes.
Esperamos seguir trabajando en esta línea, donde un gran bloque de contendidos cierra con un acto simbólico.