Parece fuera de toda duda que las TIC en nuestra sociedad son herramientas fundamentales. Conocerlas y aprender a manejarlas es algo que se estima primordial para el acceso primero a la formación y el conocimiento; y, posteriormente, al mundo laboral.
En nuestro ámbito concreto, su uso por parte del alumnado es generalizado y ha sido siempre seña de identidad de nuestro centro. Han estado presentes en nuestra práctica docente desde hace mucho tiempo: Dropbox, Office, correo electrónico…
Por otro lado, recientemente, con la puesta en marcha del proyecto Carmenta, se han introducido las TAC (Técnicas de Aprendizaje y Conocimiento) con el objetivo de que se genere un aprendizaje más significativo.
Inmersos en una formación continua, en TIC, ABP, STEAM… las TIC nos han permitido intercambiar información, tener una comunicación fluida, agilizar muchas de las tareas asociadas a la práctica docente, y por supuesto, han influido en la forma de enseñar y de aprender.
Ahora bien, la verdadera revolución ha venido de la mano del proyecto Carmenta y la incorporación del centro al “Proyecto Escuelas Conectadas”, que ha supuesto la introducción de paneles digitales, de tabletas en el aula y de una conexión a Internet capaz de soportar su uso; lo que ha conllevado, a su vez, tanto para el profesorado como para el alumnado una transformación/formación. Estas tecnologías permiten realizar actividades (acceso y búsqueda de información y recursos en Internet) que de otra forma no tendrían tanto calado en el alumnado, pues permiten la realización de actividades en las que este se hace más partícipe del proceso de enseñanza-aprendizaje; todo bajo la supervisión del profesorado que es el agente que ayuda a integrar dichas tecnologías en el aula.
Por fin, la introducción del libro digital ha permitido que las clases sean más dinámicas y que el alumnado tenga mejor y mayor protagonismo puesto que el mismo favorece la interactividad tanto como la cooperación e inclusión. Se pretende con esto que el alumnado adquiera una mayor competencia digital junto al resto de competencias clave.
Todo ello, con el fin de facilitar el proceso de aprendizaje de las distintas materias, que consideramos debe ser el nexo de unión del uso de las TIC con la docencia, ha hecho que cada vez más se usen en el aula herramientas TAC como fuentes de información y recursos, puesto que enriquecen la metodología de la enseñanza y aportan nuevos datos para la evaluación.
Como consecuencia de todo esto, gracias a la infraestructura digital con la que cuenta el centro, el tercer trimestre del curso 19-20, en el que sufrimos la desagradable situación de confinamiento, se pudo llevar a cabo de una forma coordinada para que el alumnado pudiera recibir docencia online, en su horario habitual. La valoración de la respuesta dada se ha considerado muy positiva, tanto por el profesorado, como por el alumnado y las familias, y todo a pesar de que había ciertas incertidumbres cuando se empezó con la digitalización del Centro.
Esta fase de confinamiento, que nos vimos obligados a organizar de la mejor manera posible, nos ha hecho reflexionar sobre la utilización de las TAC en el proceso de enseñanza y aprendizaje, teniendo en cuenta que las consecuencias actuales de la pandemia exigen una previsión de la respuesta al alumnado, a través de los diversos escenarios a los que nos estamos enfrentando: enseñanza presencial, a distancia y mixta. Estos escenarios nos presentan una serie de retos formativos, pero también, de infraestructura tecnológica para poder impartir clase, de manera simultánea, a alumnado en clase y en casa.
Tras experimentar con varias opciones y tecnologías (portátiles y cámaras web, micrófonos inalámbricos…), el “Proyecto Carmenta” nos ha dado la respuesta a las dificultades que plantea la docencia mixta (presencial y a distancia de manera simultánea).
Los dispositivos electrónicos de mayor calidad (tabletas especialmente y pizarras digitales), adquiridos este curso gracias al incremento en la dotación del “Proyecto Carmenta”, además de la implantación definitiva del “Proyecto Escuelas Conectadas”, nos han ayudado a solucionar un problema al que nos enfrentamos cuando ha de coexistir la enseñanza presencial y a distancia.
¿Cómo hacer para enseñar con garantías a alumnado que tenemos en clase y en casa de manera simultánea? ¿Cómo solucionar los problemas que se nos plantean de hardware para impartir a distancia? Cámaras web mejorables, dificultades con el sonido…
En primer lugar, indicar los “ingredientes” necesarios; a saber: una tableta digital mínimo 2 gb de RAM (mejor 3 gb), una pizarra digital y un conjunto de herramientas de docencia virtual, que en nuestro caso, dada la trayectoria “Carmenta”, han sido las utilidades “G-SUIT” para centros educativos, pero que de igual modo pueden ser la Plataforma “EDUCAMOS-CLM”.
Ingredientes listos, solo es necesario conocer el funcionamiento integrado de estos para, a partir de aquí, poder diseñar la propuesta de aprendizaje que consideremos.
La tableta digital nos permite proyectar cualquier aplicación, imagen, web, vídeo…, que tengamos en ella a la pizarra digital, siempre que ambos dispositivos se encuentren en la misma red (Red Centro Escuelas Conectadas). Es una manera de ofrecer a nuestro alumnado en clase la información que tengamos en la pantalla del dispositivo.
Por otro lado, la tableta también nos permite interactuar con los alumnos de casa a través de cualquier aplicación de videollamadas, en nuestro caso utilizamos “Meet”, dado que se encuentra entre las herramientas “G-SUIT”, pudiendo proyectar igualmente la información que tenemos preparada en la tableta digital.
A partir de aquí, podemos diseñar nuestra propuesta didáctica, para que a través de la tableta digital podamos explicar al alumnado de clase y al de casa: todos los alumnos y alumnas nos oirán a través del micrófono, podremos mostrar el libro digital o cualquier documento (presentación, procesador de textos…) en el que apoyemos nuestra propuesta pedagógica, los alumnos de casa podrán preguntar dudas y los escucharemos con calidad a través de los altavoces de la pizarra digital, y por supuesto, la cámara del dispositivo nos permite el contacto visual, especialmente con los alumnos que conectan en remoto.
Problema…, ¿cómo poder explicar con la pizarra en materias dónde su utilización es necesaria? Pues bien, resulta que, a través de cualquier aplicación, pizarra digital, en nuestro caso “Jamboard” (G-SUIT) y un lápiz óptico (se puede hacer también con un dedo), tenemos una estupenda pizarra virtual en nuestra tableta con la que poder explicar a nuestro alumnado; los de clase, verán la proyección en la pizarra digital, mientras que los de casa, podrán seguir todas las explicaciones directamente en la tableta de sus dispositivos.
Este es solo un ejemplo de las posibilidades que nos ofrecen los dispositivos digitales implementados con el Proyecto Carmenta, y que, en tiempo de pandemia, nos están permitiendo desarrollar las propuestas de enseñanza con garantías, contando además con ese elemento motivador que las TIC. tienen para el alumnado adolescente: «llevar las Tablet y los móviles a clase» que son elementos asociados a su tiempo de ocio. Por todo ello, hasta el momento, debemos felicitarnos por la evolución del proceso. Ahora debemos consolidarlo y sacar la mayor utilidad y provecho para los alumnos.