"Cascabel", una escuela abierta, acogedora y saludable

Somos la Escuela Infantil Cascabel, una escuela pública con niños de 0 a 3 años dependiente de la Consejería de Educación, Cultura y Deportes. Trabajamos en Cuenca con unas 65 familias por curso; tenemos un aula de bebés, dos aulas de 1 a 2 años y otras dos de 2 a 3 años. El equipo lo formamos dos personas en cocina, tres en limpieza, seis técnicos educativos y una directora. Así contado parecemos una orquesta y sólo podemos esperar que al leer estas líneas les suene bien.

En nuestra Escuela cuidamos que al entrar se respire un buen ambiente, huela bien, dé sensación de orden, a las criaturas se les vea jugando por cualquier rincón, felices, tranquilas o enfadadas y a sus familias confiadas, colaboradoras y conocedoras de lo que pasa en la escuela.

Damos prioridad al juego, a la experimentación en su sentido más amplio, a los materiales que se les proporcionan para ello, a cómo se organiza el tiempo, el espacio en definitiva, a la acción educativa alrededor de las necesidades y el desarrollo y la maduración de los niños.

Nuestra mejor práctica y objetivos primordiales son: el crecimiento feliz de niños y niñas, la confianza de las familias y que nosotros mismos trabajemos a gusto.

Somos una escuela abierta y acogedora, damos tiempo para la entrada y la recogida, recibimos a cada familia por su nombre, interesándonos por la situación cada mañana, entran al aula, hablan con su educadora y procuramos atender y resolver las circunstancias que van surgiendo en la convivencia del día a día. En la despedida volvemos al aula, a estar dispuestos a recibir, a informar y a despedirnos esperando que mañana quieran volver. En las siestas, los padres o madres, van despertando a sus hijos  tranquilamente, con tiempo y sin prisa.

Alimentación saludable

Somos una escuela que practica hábitos sanos y saludables, tanto en alimentación como en higiene.

En la alimentación empezamos respetando las costumbres que nos cuenta cada familia y las pautas que traen de su pediatra, y poco a poco avanzamos hacia la autonomía y a comer de forma variada.

En nuestros menús, que se facilitan a las familias al empezar el curso y se exponen semanalmente en un tablón a la entrada de la escuela, abunda la verdura, las legumbres, el pescado, la carne… Cocinamos todos los días varios menús en función de la edad y de las necesidades de cada niño o niña.

Las cocineras van por las aulas repartiendo fruta, a la vez que hablan con las educadoras para tomar nota del número de pequeños, de cuántos comen entero, cuántos triturado y cuántos necesitan de las dos cosas, o si hay dietas. También cuidamos que cuando empiezan a masticar o a probar alimentos nuevos, ponemos un poco más. Comemos sin prisa, respetamos al último, charlamos, jugamos y  aprendemos matemáticas: Repartimos, contamos, utilizamos conceptos como mucho, poco, más; recogemos, ordenamos (platos, vasos, cubiertos, baberos, basura,…) En un espacio educativo como el aula o el comedor.

La fruta no se nos ha olvidado, es uno de los pilares de la alimentación, a diario comen fruta fresca, natural y de temporada.  Se da a media mañana, al empezar o al terminar una actividad, nos lavamos las manos, hablamos mientras se reparte, y cumple mil funciones y objetivos educativos: la tocamos y expresamos con una mirada, con un gesto o con una palabra, todo lo que nos sugiere; la sopesamos y la comparamos, las contamos, tienen color, olor, sabor, puede estar fría, ser resbaladiza, mancharnos las manos y la boca…; a veces algunas vienen pintadas con una cara que nos cuenta una historia, otras se pela con la mano y las cáscaras se tiran dentro de la papelera, esperamos turno y aprendemos a repartir a los demás, y a saber a quién  ¡pasársela si no nos gusta! 

En la higiene somos especialmente cuidadosos y tenemos por escrito cómo actuar a diario. Es tarea de todos  mantener los espacios limpios bien ventilados y agradables.

 Y como con la fruta hacemos juego y trabajamos otros mil objetivos pedagógicos, la autonomía el más importante. En el aula recogemos, colocamos, ordenamos, y en el baño…¡Ay en el baño, cómo lo pasamos!

Al lavarnos, al prepararnos para el comedor o para irnos, en el cambio de pañales, etc., jugamos, aprendemos a subir y bajar la ropa, a vestirnos y desnudarnos, a las cosquillas, a sentirnos limpios o sucios, sentimos el agua caliente, templada o fría, con el jabón: suave, oloroso, hace espuma. ¡Cuando hay jabón con espuma!

Somos una escuela infantil con una vida cotidiana rica, que trabaja en equipo que aprende a documentar para las familias y para reflexionar sobre su práctica diaria, que se cuestiona su trabajo y sin miedo a cambiar por el bien de los niños.

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