El Consejo Escolar de Castilla-La Mancha ha organizado una jornada de participación e implicación de las familias como parte sustancial de la comunidad educativa. A la jornada inicial, celebrada en Toledo, le seguirán otras que tendrán lugar en cada una de las restantes capitales de provincia de nuestra región. En la siguiente entrevista, Eugenio Alfaro, presidente del Consejo Escolar de Castilla-La Mancha, nos informa del contenido y estructura de las jornadas, y reflexiona, con nosotros, acerca de la relevancia, el estado y el posible alcance de la participación educativa en nuestra Comunidad Autónoma.
P. ¿En qué consisten estas jornadas de formación sobre participación educativa dirigidas a madres y padres que se van a celebrar en las próximas semanas bajo la organización del Consejo Escolar de Castilla-La Mancha?
R. Tienen su origen en un encargo del consejero, porque hay un firme compromiso en el Proyecto Educativo para Castilla-La Mancha de avanzar cualitativamente en nuestra educación para mejorar la Sociedad, y hacerlo con la máxima participación e implicación de toda la comunidad educativa. Las familias del alumnado constituyen una parte muy importante de ésta.
Básicamente, de una forma más concreta, podemos resumir en seis las razones que hemos considerado para organizarlas: el valor que las personas asignan a la educación tiene que ver con la importancia e implicación que el conjunto de la sociedad le concede, la infancia y la juventud va interiorizando el valor e importancia que su familia y el entorno concede a la Educación, en Castilla-La Mancha queremos que la Sociedad otorgue una gran importancia y valor a la educación de nuestra infancia y juventud, la participación e implicación de las familias en la educación de sus hijos e hijas resulta un factor muy importante en el éxito escolar del alumnado, una participación cualitativa de las familias en los centros educativos mejora la calidad de la educación en todos los ámbitos y la necesidad específica de formación manifestada por las familias del alumnado y las AMPAS.
P. Actualmente, nos seguimos planteando la división entre la sociedad del trabajo y la sociedad del ocio, y continuamos buscando los modelos adecuados que permitan la conciliación de la vida laboral, familiar y personal. En este contexto, ¿cree que hay espacios y tiempos suficientes para una comunicación fluida y fructífera entre familia y escuela?
R. Los espacios no creo que sean un problema; sin embargo los tiempos debemos reconocer que son muy limitados.En todo caso, podríamos utilizar el dicho de que “hace más el que quiere que el que puede”. Los centros educativos establecen los tiempos mínimos que fija la normativa (una hora semanal de atención a familias) que, en general resulta insuficiente. Muchas familias se quejan de esto. Me consta que en muchos centros educativos, y por parte de muchos docentes, se tiene una gran flexibilidad para comunicarse y trabajar colaborativamente con las familias; pero, sinceramente, no está generalizado.
Plataformas on line, como la de PAPÁS que se utiliza en Castilla-La Mancha, pueden facilitar mucho la comunicación escuela-familias; aunque la falta de tiempo suficiente puede “agobiar” al profesorado cuando se encuentra con muchos mensajes que atender; y generar “frustración” en las familias porque no se sienten atendidas con la suficiente prontitud o personalización. Utilizada con flexibilidad y acierto, en cada momento, puederesultar muy útil y permitirnos una comunicación fluida y fructífera. Personalmente sigo creyendo mucho en la eficacia del encuentro personal, en el ámbito educativo me parece imprescindible, al menos en los primeros momentos.
Por otro lado, en el ámbito laboral no se tiene la suficiente conciencia de que el seguimiento educativo de los hijos/ases un “deber inexcusable de carácter público o personal” y, por tanto, contar con el permiso remunerado correspondiente o, más aún, contar con el apoyo y comprensión social para que los responsables legales de los menores puedan cumplir con esta obligación.
Planificar y desarrollar estrategias eficaces para la conciliación laboral y familiar sigue siendo un asunto pendiente en España. Afortunadamente va habiendo ejemplos muy positivos en Administraciones públicas, por ejemplo en Castilla-La Mancha, o en empresas, sobre todo algunas grandes; pero debemos avanzar más y más deprisa. Creo que es posible, pero depende mucho de una mayor conciencia social, especialmente en el ámbito empresarial. La sociedad, en conjunto, sería beneficiaria.
P. Hay quien defiende que, con unos docentes poco motivados, y con una sociedad escéptica con respecto al actual sistema educativo, es imposible que exista la idea de comunidad educativa. ¿Hasta qué punto está de acuerdo con este análisis? En todo caso, ¿qué cree que se puede hacer para mejorar la cohesión entre familia, escuela y administración pública?
R. Desde luego para que exista “comunidad” tiene que haber intereses comunes. Es necesario compartir, al menos, el camino a seguir y unos mínimos objetivos. Y en este momento, es cierto que se manifiesta bastante escepticismo y falta de motivación entre una gran parte del profesorado. Por su parte muchas familias sienten que el sistema educativo no cumple con sus expectativas de calidad. Aunque en términos objetivos tenemos un buen sistema educativo, la percepción social es que tiene muchas carencias. Hay un persistente mensaje de carácter negativo que ha sido “comprado” por gran parte de la sociedad y resultará más difícil transformar para conseguir una visión positiva.
Para un trabajo colaborativo y cohesionado de los centros educativos y las familias, tenemos que asegurar la confianza mutua. Es labor de todas las partes, pero la Administración pública tiene una responsabilidad muy importante de acercamiento y mediación. Necesariamente hay que dialogar, poner sobre la “mesa” agravios, necesidades, expectativas y ser capaces de ponernos de acuerdo en los objetivos mínimos necesarios para caminar juntos haciendo Comunidad. Creo que urge llegar a un gran Pacto Social por la Educación.
P. Es un hecho probado que, en aquellos entornos donde los agentes educativos trabajan en equipo, mejoran los resultados académicos, se satisfacen en mayor medida las expectativas de todos y se tiene más confianza en la educación como motor de cambio social. Si la participación es un factor básico de toda educación de calidad, ¿por qué cree que no arraiga más y de manera generalizada?
R. Efectivamente es así, pero no se percibe así, ni por el profesorado ni por las familias. Los docentes, en gran medida, consideran que las familias no participan, sino que se inmiscuyen en sus funciones. Y las familias creen que no se les consulta ni se cuenta con ellas lo suficiente. Tampoco conocen, en muchos casos, cómo participar de forma responsable y colaborativa. Precisamente la organización de las Jornadas a las que hemos hecho referencia, van encaminadas a formar a las familias para que puedan animarse a participar e implicarse, haciéndolo siempre desde el conocimiento profundo de las obligaciones y responsabilidades de cada cual. Deben conocer que su valoración positiva de la educación y su implicación en el proceso educativo de sus hijos e hijas tendrán una importancia decisiva en el éxito escolar de estos.
P. Las relaciones entre familia y escuela han suscitado, en los últimos años, escuelas de padres, foros, grupos de trabajo, equipos de investigación, conferencias…Se podría pensar que nos sobra teoría y nos faltan buenas prácticas que estimulen y que sirvan de punto de referencia. ¿Qué va a hacer el Consejo Escolar de Castilla-La Mancha para mitigar este vacío? ¿Están estas jornadas concebidas para servir de guía y como archivo de consulta de buenas prácticas?
R. Con estas Jornadas precisamente queremos pasar a la práctica. Tienen un enfoque y estructura en ese sentido. Intentaremos que sean un acicate para la acción y que provoquen un efecto en cascada de aprendizaje y de enseñanza en otras personas y organizaciones.
P. La promulgación de la LOMCE ha supuesto, a decir de muchos, una regresión a un modelo centralista y vertical de liderazgo y de organización y funcionamiento. Sin embargo, se trata de una Ley Orgánica, y, por tanto, de obligado cumplimiento. ¿Ve posibilidades de avanzar en un modelo participativo sin vulnerar los preceptos de la normativa básica? ¿Cómo podemos implantar un modelo de liderazgo representativo y abierto a la colaboración de todos en la dirección de los centros, o atribuir un papel vinculante al Consejo Escolar sin incurrir en ilegalidades?
R. Aunque la norma básica puede permitir algún margen, en mi opinión, este no resulta suficiente. Creo que hay un acuerdo, casi unánime, en que debe cambiarse la Ley Orgánica. La última convocatoria del proceso de selección para la dirección de los centros educativos en Castilla-La Mancha, se ha contemplado, sin incumplir la norma básica, la máxima participación de la comunidad educativa, precisamente para propiciar en todo lo posible que la persona titular de la dirección cuente con el mayor respaldo de todos los sectores y pueda ejercer un verdadero liderazgo pedagógico y directivo.
P. ¿Qué papel atribuye al movimiento asociativo en la formación de las familias como agentes de la comunidad educativa? ¿Qué función atribuye a las AMPAS en ámbitos como las actividades extracurriculares, los programas de refuerzo y acompañamiento, la mejora de la convivencia escolar…?
R. El movimiento asociativo es necesario que cuente con una alta participación para que sea dinámico y pueda irse actualizando y regenerando, evitando que las personas terminen “quemadas” o sin posibilidades de relevo y renovación. Que sea transparente y vinculado a los fines que le son propios en el ámbito educativo. El papel de intermediación de las AMPAS en la formación de las familias, en promover su implicación en el proceso educativo de sus hijos e hijas y en la participación en los centros educativos es muy importante, diría que es imprescindible.
En relación con la organización de actividades, desarrollo de determinados programas de apoyo o refuerzo, mejora de la convivencia, etc., sería deseable que mantuvieran un papel subsidiario o complementario; pero, en muchos casos, desarrollan un gran protagonismo organizativo.
En el ámbito de la convivencia escolar deben ser agentes esenciales, con los que hay que contar siempre, implicándoles en las decisiones y estrategias para conseguir unas Normas y un Plan de convivencia consensuados y eficaces para resolver los posibles conflictos que puedan surgir. En este aspecto debe hacerse el esfuerzo de anticiparse para evitar que surja el conflicto, más que tener que “correr” para solucionarlo.
P. Constitución del Observatorio de la Convivencia, de Consejos Escolares de Localidad, programa “Consejería Abierta”, revista digital de participación Educar en Castilla-La Mancha, participación en el Foro Ciudadano y presencia activa en el Portal de Transparencia…Todas estas iniciativas representan una apuesta del actual consejero de Educación, Cultura y Deportes de Castilla-La Mancha por convertir la participación en el eje metodológico del proyecto educativo regional. ¿Qué repercusión han tenido todas esas medidas vistas desde la perspectiva del órgano que usted preside?
R. El consejero cree sinceramente en la importancia de la participación de todas las personas y sectores para resolver mejor los problemas que nos acucian. Cree y practica la cercanía y, sobre todo, considera esencial la necesidad de contar con un Proyecto Educativo que nos permitirá ir más o menos deprisa, pero tener claro hacia dónde queremos ir. Todos estos programas y acciones que enumera tienen como fin promover la participación y el debate público para ir dándole contenido al propio Proyecto educativo que se pretende. El consejero se refiere en muchas ocasiones a la necesidad de recuperar el “espíritu del momento de las transferencias”, es decir, diálogo y consenso para avanzar de forma conjunta hacia la máxima calidad de nuestra Educación.
Para mí, y para todas las personas del Consejo Escolar de Castilla-La Mancha, según mi percepción, la postura y actitud decidida del Consejero, así como su intensa capacidad de trabajo y su cercanía, supone una esperanza y un acicate para ocuparnos intensamente en pro de un gran Pacto social y político por la Educación en Castilla-La Mancha; y con él dar un paso hacia la consecución del que resulta imprescindible a nivel estatal.
P. Por último, resúmanos su experiencia, a lo largo de estos meses, al frente del Consejo Escolar de Castilla-La Mancha. ¿Cuáles son sus conclusiones más relevantes? Adelántenos las principales actuaciones que se llevarán a cabo a lo largo de este curso.
R. El Consejo Escolar de Castilla-La Mancha es un órgano vivo, capaz de debatir y compartir posturas sectoriales o de intereses aparentemente contradictorios entre sí, pero casi siempre resulta posible el acercamiento y el acuerdo. Se practica el saludable ejercicio democrático del debate, del diálogo, y del intento de llegar al máximo acuerdo posible.
Como actuaciones para este curso, además de las establecidas legalmente como obligatorias: Informe sobre el inicio de curso, Informe sobre las medidas en el ámbito educativo para conseguir la igualdad efectiva de hombres y mujeres, Informe bianual del sistema educativo, dictamen de la normativa, etc.
Estamos llevando a cabo las jornadas de formación para madres y padres de las que ya hemos hablado. Las características territoriales y la extensión de nuestra Comunidad Autónoma añaden un gran esfuerzo organizativo, pero consideramos que merece la pena promover que las familias conozcan más y mejor, la gran importancia que tiene participar e implicarse en el ámbito educativo para la Educación, en general, y para sus hijos e hijas en particular.
Por otro lado, queremos profundizar en el estudio y análisis de las causas del abandono educativo temprano para poder establecer estrategias de concienciación social para evitarlo, en consonancia con los objetivos estatales y de la Unión Europea.
Queremos intensificar el impulso y trabajo coordinado y conjunto con los Consejos Escolares de localidad. También seguiremos mejorando el conocimiento que se tiene del Consejo Escolar Regional y su apertura a la comunidad educativa, para ello, entre otras actuaciones, iremos haciendo algunas de las reuniones en distintas ciudades de Castilla-La Mancha.