"Almoradiel Lee", en el IES Aldonza Lorenzo

Celebramos la posibilidad de ofrecer este evneto,  el “II Festival literario: Almoradiel Lee”, sin igual en la región, gracias a que unas locas por los libros, una tarde fraguaron todo este movimiento: Ayuntamiento, Biblioteca Municipal e IES Aldonza Lorenzo a través del Departamento de Lengua y Literatura. Gracias a que se atrevieron a subirse al zepelín pilotado por Maribel Medina, aquí presentamos nuestro segundo año apostando por la lectura, (extraña inversión en estos tiempos). Una comunidad entera volcada en los libros. Una localidad entera unida por libros. ¿Puede haber mayor satisfacción?...

Por todo esto agradecemos, el apoyo que nos presta el Ayuntamiento, a la colaboración de Pilar en la Biblioteca Municipal (ya una experta en estos acontecimeintos), y a Maribel Medina, directora del Festival, le agradezco que no se canse de pilotar este zepelín y siga con el mismo entusiasmo, que gracias al encuentro allá por febrero del 2015 hizo que se gestara la idea, con un solo fin, un solo objetivo ofrecer una experiencia única en torno a la lectura a los alumnos del IES Aldonza Lorenzo, de la Puebla de Almoradiel (Toledo).

Y, por último, pero no por ello menos importante a todos y cada uno de los miembros de este centro, que aportan en mayor o menor medida ese granito de arena para que toda esta experiencia pueda llegar hasta aquellos por los que nosotros trabajamos cada día: nuestros estudiantes. El trabajo de los profesores y profesoras del Departamento de Lengua Castellana y Literatura del centro es esencial: preparan lecturas, seleccionan libros, leen con sus alumnos y alumnas conviertiendo el en algo único y excepcional.

“No es fácil resumir las experiencias vividas en Almoradiel Lee, porque se trata de emociones y sensaciones extraordinarias. No es fácil resumir porque no puede haber mayor satisfacción para un centro que reunir a 400 alumnos a la vez en torno a los libros,  a los autores y a la literatura. No es fácil creer que los alumnos te pidan más libros, no es fácil entender que los chicos escriban para que los autores les manden correcciones a sus escritos. No, nada es fácil”. 

Todo fue para nosotros una experiencia inolvidable, que recordamos en muchos momentos, momentos como cuando leemos la noticia de que el premio planeta 2017 es Javier Sierra. (Si estuvo con nosotros en el gimnasio el año pasado compartiendo una jornada con nuestros estudiantes) y ahí comienza de nuevo a revivirse ese espíritu de “Almoradiel Lee”

Se ha logrado unir a más de 400 alumnos y alumnas en un proyecto de lectura, en torno a unos autores, sabiendo que estaban invitados a vivir una realidad mágica que escapaba a toda normalidad.

Los estudiantes leyeron, disfrutaron de la lectura, escribieron,  aprendieron  con cada visita de los autores y compartieron sus experiencias.

Este año, seguimos subidos a ese zepelín junto con ellos, junto a los autores que nos visitan, y que tratan a los jóvenes como adultos, como personas interesadas en conocer la realidad cotidiana en la que se desenvuelven y en discutir seriamente los problemas que les afectan.

De este modo, los relatos se convierten en una forma de promover debates en el aula, de escuchar opiniones de los alumnos sobre los temas que les afectan y facilitar así la expresión oral y escrita

Termino con unas palabras comentadas en Facebook por Carlos Bassas acerca del Festival, estas palabras lo dicen todo:

(…)  Si metéis en un navegador 39°35’ 56” N / 3°07’02” llegaréis a la Puebla de Almoradiel, provincia de Toledo, La Mancha. Os lo aseguro. He estado allí. He pasado tres días increíbles en la Biblioteca del Aldonza Lorenzo, su Instituto, compartiendo con un  grupo  de  alumnos trucos,  consejos, sentimientos de escritor. Aprendiendo de ellos a enseñar mejor. A ser mejor. YO. Y me han abierto en canal con sus preguntas, con sus ganas, con su interés. Un tsunami. Y me han dejado el tuétano al aire. Y he compartido con ellos charlas de otros escritores, Nacho Ares, Javier Sierra, Cristina Fallarás, Carlos Zanón, Juan Gómez Jurado en su gimnasio —porque el corazón y el cerebro también hay que ejercitarlos—. Doscientos, trescientos chavales con el culo sobre linóleo frío atentos como hienas, deseosos de despedazar a dentelladas un cuerpo, una mente, ávidos de sangre, de saber, de que les cuenten cosas, de que les cuenten el mundo. (…)

Como escritor y director de un festival de novela negra, he vivido unos cuantos encuentros literarios; saraos en Barcelona, Madrid, Valencia, Granada, Tenerife… Pero les aseguro que en ninguno de ellos he encontrado a personas tan deseosas de saber, de escuchar, de leer como aquí. Estos días me han dado las gracias más veces que nunca. Gracias por venir, gracias por dar una clase, gracias por firmar un libro, gracias por compartir palabras, anécdotas, ideas, chanzas. A todos aquellos que lo habéis hecho, quiero deciros algo: ¡no habéis entendido nada! Las GRACIAS os las debo dar yo. Yo. YO. YO. YO. YO a VOSOTROS. 

 

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