El teatro de Buero Vallejo ha sido adjetivado muchas veces con términos equivalentes a clásico o tradicional, queriéndose indicar con ello que, aunque bien construido, seguía reglas en las que tenían poca cabida la experimentación formal o la ruptura de los modelos implantados por dramaturgos anteriores. Sin embargo, de la correcta comprensión sobre lo que supuso la enorme aventura de la modernidad se deduce que, muy al contrario, el teatro de Buero persigue y logra objetivos estéticos que no son sino los adecuados al reto que el movimiento moderno afronta. En este artículo se relaciona la obra bueriana tanto con la modernidad, como con la reformulación postmoderna del conocimiento, mostrando que la indagación que Buero Vallejo lleva a cabo sobre su disciplina, integra o supera las corrientes dominantes del teatro moderno de la época, hasta configurar una forma narrativa que, traspasando el siglo, entendemos sirve de canon para el cine de la postmodernidad.