Escuelas integradoras y saludables

Alumnos y alumnas de los dos Colegios felices con sus flores de plástico recicladas.

Otra interesante experiencia compartida entre los escolares, la elaboración de pan.

En el taller de elaboración de bolsitas aromáticas.

Aprendiendo en el taller sobre el ciclo del agua.

La educación especial todavía no está integrada plenamente en el día a día de la sociedad. Siempre lo desconocido asusta, por eso es tan importante que los chicos y chicas vean que otras realidades existen. Deben aprender que los niños y niñas “especiales” son como ellos, les divierten y aburren las mismas cosas. A la vez, los niños y niñas de educación especial tienen la necesidad de relacionarse con otro tipo de niños.

Otro tema importante y actual es tener una vida saludable que nos permita estar bien interior y exteriormente. Algunas veces se nos olvida lo valioso que es cuidar lo que comemos y el medio donde vivimos. Es esencial que todo ello se aprenda desde pequeño para que se integre dentro de nuestras vidas.

El Colegio de Educación Especial Ponce de León y el Colegio de Educación Infantil y Primaria San Isidro son dos centros cercanos dentro de la localidad de Tomelloso que se plantearon realizar un proyecto educativo integrador dentro del programa Escuelas Saludables. Los escolares de Educación Especial no suelen relacionarse con niños y niñas de otros centros por sus circunstancias concretas o simplemente no se les tiene en cuenta. Por ello, el propósito principal de este proyecto era que ambos grupos se relacionaran y descubrieran las realidades de los demás.

Las actividades se desarrollaron en el Colegio Ponce de León,  un centro que cuenta con instalaciones donde los alumnos y alumnas pueden aprender a realizar las tareas de la vida diaria. Concretamente, tiene con un pequeño “pisito” con cocina, baño, dormitorio, salita y lavadero. Por otro lado, se imparte el ciclo de formativo de Formación Profesional Básica de Agro-jardinería y Composiciones Florales donde los alumnos trabajan el huerto y cuentan con aula donde se desarrollan las actividades relacionadas con la agricultura. Todo esto da la posibilidad de tener un amplio abanico de actividades a desarrollar.

Los grupos de los talleres fueron pequeños por motivos logísticos, de espacio y de una relación más cercana entre los niños y niñas. Concretamente, se desplazaron seis alumnos de 4º y 5º curso de Primaria del Colegio San Isidro al Ccolegio Ponce de León y se unieron con seis niños de su mismo nivel educativo. Las actividades se desarrollaron cada 15 días con distintos alumnos y alumnas durante el curso escolar 2016-17.

Entre las actividades programadas se realizó elaboración de pan, bolsitas perfumadas con plantas aromáticas, siembra de semillas, trasplante de plantas, reciclaje de botellas de plástico, ciclo del agua con plantas,… Al comienzo de la actividad se presentaron, se explicó el taller y luego, poco a poco cada uno fue desarrollando su propio material con la ayuda del profesor. Los comentarios reflejaban la falta de contacto con el medio natural.

La cara de los niños y niñas del Colegio ordinario a la llegada al Centro de Educación Especial reflejaba incertidumbre, miedo,... Se escuchó algún comentario en voz baja del tipo “este es el colegio de los niños tontos”. Al principio de la clase miraban con caras extrañas a los alumnos y alumnas de Educación Especial. Afortunadamente, conforme se desarrollaba la clase, la relación entre todos era más fluida, se ayudaban, sus conversaciones eran típicas de chicos de su edad,… Finalmente, todos acababan muy contentos por haber conocido a otros niños con semejantes motivaciones y aprender más sobre la vida saludable, llevándose a casa además los materiales que ellos mismos habían hecho. Los comentarios ya habían cambiado: “este cole mola”.

 

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