Cuando hablamos de colegios, siempre pensamos en aquellos situados en ciudades, con muchas clases de distintos cursos, y un gran número de profesores que tratan de motivar y enseñar distintos contenidos a los alumnos y alumnas. Pero esta realidad es completamente distinta en los colegios rurales.
Este año, por primera vez, me encuentro en uno de ellos. Es el CEIP La Cobatilla, situado en Mandayona, en la provincia de Guadalajara. Sólo somos tres profesores: el director; la profesora de Infantil, tutora desde 3 años hasta 2º de Primaria; y yo, profesor de Inglés, y tutor desde 3º a 6º de Primaria. Tenemos 19 alumnos en total.
Como se puede observar, tenemos niños y niñas de muchos cursos diferentes en la misma clase y hay que asegurarles la misma enseñanza de calidad que en el resto de centros, teniendo en cuenta las características del mismo y aprovechando las ventajas que un centro rural nos brinda.
Al principio, no sabía muy bien cómo enfocar las distintas asignaturas, que metodología usar, cómo tener tiempo para explicar a los estudiantes sus temarios, y conseguir que estuviesen motivados. Pero luego te das cuenta de que esto es como una gran familia. Así que como una gran familia todos nos ayudamos mutuamente.
Hablando de asignaturas en particular, como matemáticas, lengua o ciencias naturales, intento agrupar aquellos contenidos que son compartidos por distintos cursos y explicarlos para todos a la vez. Pero no siempre es así, por lo que el resto se explica para todos, en alto, ya que sea del curso que sea, aprender siempre es bienvenido, ya sea para repasar algo de cursos pasados como para tener una básica idea de cosas que los estudiantes verán en el futuro. De este modo todos se benefician. Poniendo un ejemplo, si se explica las divisiones por dos cifras a los alumnos de 4º, los alumnos de 3º aprenden como funciona y promovemos su curiosidad, los motivamos, ya que ellos están con las divisiones de una cifra, mientras que los alumnos de 5º y 6º de Primaria repasan esos contenidos para no olvidarlos, incluso haciendo de “profes” para compañeros y compañeras más pequeños.
Usar juegos interactivos para alcanzar este fin es muy útil, como KAHOOTS, JEOPARDYLABS … donde todos intentan contestar preguntas sin importar de qué curso son. Además, se pueden llevar a cabo individual o colectivamente, promoviendo participación y/o colaboración.
En otras asignaturas, sin embargo, trabajamos todos juntos, como es el caso de plástica o inglés. Murales, manualidades, comics, dibujos con el ordenador, recetas y muchas más cosas realizadas en plástica donde todos pueden participar y dar lo máximo; en inglés vamos poco a poco, todos juntos e intentando aprender contenidos básicos que nos ayuden a adquirir las cuatro habilidades lingüísticas: escuchar, leer, hablar y escribir, centrándonos sobre todo en las orales (escuchar y hablar): películas, exámenes orales, dictados, juegos (grupales, en pareja…), uso de la PDI, actividades culturales para despertar su interés (Halloween, Londres, costumbre en otros países, etc.), conversaciones en el aula utilizando la lengua inglesa y muchas más. Y, por supuesto, tratar valores morales entre todos a través de debates, teatros… concienciándolos. No enseñamos a “papagayos”, son seres humanos muy pequeños que tienen que aprender a socializarse correctamente con sus iguales.
El objetivo de todo profesor es transmitir alegría y motivación a sus alumnos y alumnas para que éstos aprendan y nunca quieran dejar de seguir aprendiendo y para eso, da igual cómo sea el colegio y sus características, el maestro debe adaptarse a las necesidades de sus escolares y utilizar un proceso de enseñanza y aprendizaje significativo.
Cuando los alumnos y alumnas están motivados e interesados, cuando los profesores somos capaces de transmitirles esos, entonces es cuando de verdad el aprendizaje tiene lugar, no sólo en el aula, sino también fuera de ella.
Para acabar, nunca podemos olvidar a las familias, y he de agradecer a todos los padres y madres de mi centro su colaboración y entrega en toda actividad, ayudando a los alumnos en casa y mostrándoles que aprender no es una obligación, sino algo gratificante.
Me gustaría acabar con una frase que creo que todos deberíamos tener en mente cuando llegamos a un colegio rural, un CRA o similar, que es la siguiente:
“NO JUZGUES A UN LIBRO POR SU PORTADA”